Niño
niño de ojos caidos de alma transitoria arrogante y fugaz caminas con el peso de un viejo triunfo que no pudiste dejar atrás mas si bien hoy existes tu condena te persigue recordandote la insufiencia de la que no fuiste capaz de atajar y te abrumas y sufres y la oscuridad de la luz te atormenta pues tu reflejo cotidiano te devuelve la voz del que dirán y no recuerdas ni anhelas ni deseas recuperar mas si bien todo podria mejorar te abandonas en la desidia y del sentirte incapaz y te veo fragil en cuerpo fuerte y te veo fuerte en desgracia y tu prudencia me irrita y no amas diciendo amar y no cuidas diciendo cuidar tu ternura sacrificada por la pérdida de rumbo por la búsqueda de años mejores por el encuentro con la realidad y la adultez que viene en frasco chico te atormenta como aluvión y te desplazas y te sueltas con la facilidad de un lamento al paso y yo con mis manos ocupadas mis ojos alternando vidas no te atajo