Rastros en la memoria
Siento la brisa y respiro hondamente, el aire frío pasa por mi nariz congelándome el pecho y me reprendo nuevamente por mi imprudencia, al cerrar los ojos, veo la silueta de mi esposa y esa sonrisa tan acogedora que poseía. De pronto, una oleada de tristeza se apodera de mí, abro los ojos lentamente y con pavor miro a mi alrededor, todo es blanco, no hay más… Ya casi no siento las piernas, hasta los brazos se me durmieron, Intento moverme con toda la energía que me queda pero no logro liberarme, cada vez hace más frío quiero escapar pero el cansancio de esta lucha desgarradora me vence. En un pequeño intento por calmar mi mente, la veo nuevamente y esta vez me abriga, siento su calor, aún percibo su olor penetrando por mi garganta, todavía advierto su aliento tibio en mi mejilla. No logro soportarlo, trato de hacer otro esfuerzo pero mi cuerpo ya no responde. Intento buscar una salida pero no la encuentro. La vista se me nubla. Grito con toda mi fuerza. Es inútil. ...